Pues realmente para salvarnos la “vida”. Absorbiendo ese impacto en él hace que el corazón pueda seguir con esa su función vital que nos mantiene en este cuerpo. Permite que lo que realmente somos (Espíritu-Alma) continúe conectado en el interior de nuestro corazón y con nuestro cuerpo físico y así podemos seguir jugando aquí en la Tierra. Lo que ocurre es que cuando tenemos el pericardio retraído la expresión, la expansión de quienes somos, de nuestra Esencia, Luz, Energía, Amor, vibración se encuentra limitada, encerrada.

Es por esto que al liberarnos el pericardio nos abrimos cada vez más a la Vida, a lo que verdaderamente somos y permitimos a nuestra Esencia, Luz, Ser, mostrarse en expansión a través de nuestro cuerpo en todas las situaciones que nos vayan sucediendo. Y también permitimos que esa energía de nuestro corazón vaya llegando y nutriendo a todas nuestras células y se vayan llenando de nuevo de vida, de alegría, de salud.